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Desde el 10 de enero de 2025, el sector ganadero europeo ha estado en vilo y luchando contra el primer brote de fiebre aftosa en ganadería (FA). Alemania fue el lugar donde se detectó la enfermedad en esta fecha, en un rebaño de búfalos de agua en Brandeburgo. Tres de ellos murieron, y los once restantes fueron sacrificados como medida de precaución. El Ministerio de Agricultura alemán inmediatamente prohibió todo movimiento de animales de pezuña hendida, como bovinos, cerdos, ovejas, cabras y ciervos. También se realizaron pruebas en granjas cercanas para detectar posibles infecciones. Otros países han tomado medidas preventivas, como la prohibición de la carne proveniente de Alemania, para evitar la propagación de la enfermedad.

 

Esta no es la primera vez que este virus contagioso pone en vilo a Europa. Un brote de FA en el Reino Unido en 2001 mostró los daños que esta enfermedad puede causar. Este brote en el Reino Unido llevó al sacrificio de más de 6 millones de animales en granjas infectadas y en granjas cercanas para controlar la enfermedad.

En los últimos años, ha habido un aumento notable en la prevalencia de enfermedades infecciosas que afectan al ganado. Esta tendencia es preocupante para los ganaderos y la industria agrícola. Factores como las prácticas agrícolas intensivas, el comercio global y el movimiento de animales a través de fronteras han contribuido a un aumento en la frecuencia y gravedad de los brotes. Enfermedades como la fiebre aftosa, la influenza aviar y la fiebre porcina africana están siendo más prevalentes, lo que supone riesgos significativos para la salud animal, la seguridad alimentaria y la economía. A medida que la ganadería se vuelve más interconectada a escala global, las enfermedades pueden propagarse más rápidamente, afectando a regiones enteras o incluso continentes en cuestión de semanas. Los animales infectados no siempre muestran síntomas inmediatos, lo que significa que, sin una detección temprana y medidas de bioseguridad robustas, un brote puede pasar desapercibido hasta que sea demasiado tarde. El impacto económico de estas enfermedades es inmenso, a menudo llevando a un sacrificio masivo de animales infectados, trastornos en los mercados y costosos esfuerzos de recuperación.

Fiebre Aftosa en Ganadería.
La fiebre aftosa (FA) es una enfermedad viral altamente contagiosa que afecta a los animales de pezuña hendida. Es causada por el virus de la fiebre aftosa (VFA), que pertenece a la familia Picornaviridae, género Aphtovirus, el cual incluye 7 serotipos inmunológicamente distintos, así como numerosos subtipos diferentes. La enfermedad es endémica en amplias regiones de África, Asia, el Medio Oriente y Sudamérica.

Serotipos: A, O, C, SAT1, SAT2, SAT3 y Asia I (no existe inmunidad cruzada entre ellos). Dentro de cada serotipo también se distinguen diferentes subtipos que pueden ser inmunológicamente distintos.

Hospedadores: Todas las especies de animales de pezuña hendida, tanto domésticos como salvajes, incluyendo diversas especies de bóvidos, óvidos, caprinos y suidos.


Transmisión directa: Los virus se propagan fácilmente a través del contacto directo con animales infectados o sus secreciones (saliva, leche, orina, heces).


Transmisión indirecta: Contacto indirecto a través de equipos, vehículos, ropa contaminada o propagación por el aire (especialmente en climas más fríos).


Periodo de incubación: 2-14 días (en pequeños rumiantes, puede llegar hasta 21 días).


Síntomas:
• Fiebre
• Ampollas en la boca, lengua y en las pezuñas
• Sialorrea o babeo excesivo
• Dificultad para comer o caminar
• Pérdida de peso
• Reducción en la producción de leche

Cómo Combatir/Prevenir la FA

Para combatir esta amenaza creciente, es fundamental invertir en medidas de bioseguridad robustas y sistemas de alerta temprana que puedan detectar y contener los brotes antes de que se descontrolen. La vigilancia mejorada, los programas de vacunación y las prácticas mejoradas de gestión de enfermedades son estrategias clave para reducir el riesgo de que las enfermedades ingresen y se propaguen dentro de las poblaciones ganaderas.

Medidas de Bioseguridad.

Las medidas preventivas de bioseguridad en las granjas son de suma importancia para minimizar el riesgo de propagación. Primero, es crucial limpiar y desinfectar minuciosamente las áreas contaminadas en caso de infección. Además, la cuarentena y las restricciones de movimiento pueden detener la propagación de la enfermedad a otras áreas.

  • Pediluvios y rodaluvios: para desinfectar botas y ruedas de vehículos.
  • Limpieza y desinfección de vehículos (arcos de desinfección): tanto los vehículos que ingresan a nuestras instalaciones como las personas que los conducen deben ser limpiados y desinfectados, ya que pueden actuar como dispersores de enfermedades.
  • Limpieza y desinfección de equipos: Numerosos objetos ingresan a nuestras instalaciones. Además de las materias primas que ingresan nuestros proveedores, debemos ejercer un control estricto y esterilizar todos los artículos, asegurándonos de que estén correctamente desinfectados.
  • Restricción de tráfico y personas: Se debe minimizar el número de visitantes que acceden a nuestras instalaciones; solo deben ingresar las personas necesarias para el funcionamiento de la instalación.
  • Agua y alimentación: La calidad microbiológica del agua debe ser alta, además de que se debe realizar una limpieza adecuada y un mantenimiento regular de los comederos y bebederos para evitar el riesgo de propagación de la enfermedad.
  • Observar signos de enfermedad (cuarentena y restricciones de movimiento).

 

Programas de Vacunación.

En áreas propensas a brotes, se recomienda organizar campañas de vacunación, mientras que en regiones endémicas se aconseja la vacunación regular. Como se mencionó anteriormente, en caso de brotes graves, puede ser necesario sacrificar cualquier ganado infectado o expuesto. La detección temprana y la notificación de casos sospechosos juegan un papel clave en la lucha contra la fiebre aftosa en ganadería para controlar la situación.

Aplicando estas medidas y actuando de manera decisiva, se controlará el brote y se restaurará el estado libre de FA en la zona. Este brote en Alemania resalta nuevamente la necesidad crítica de reforzar las medidas de bioseguridad para salvaguardar la salud animal y el sector agrícola.

Por esta razón, es necesario utilizar limpiadores y desinfectantes bien probados para fortalecer los programas de bioseguridad y ayudar a prevenir un brote de fiebre aftosa en ganadería.

Productos para utilizar en el plan de Bioseguridad.

  • Limpieza:

Como es bien sabido, las granjas ganaderas son lugares con condiciones de alta carga orgánica, calor, humedad y alta densidad de animales. Estas condiciones hacen que nuestras instalaciones sean el lugar óptimo para la proliferación de organismos patógenos. Por esta razón, es necesario realizar una limpieza adecuada con un detergente alcalino capaz de eliminar la materia orgánica que protege a los microorganismos patógenos.
Para ello, recomendamos el uso del detergente espumante Clean Zix Espumante para realizar una limpieza adecuada y desinfección de la materia orgánica. De esta manera, todas las partes de la granja estarán expuestas para que los desinfectantes puedan actuar y alcanzar el mayor número de microorganismos presentes.

 

  • Desinfección:

Una vez realizada la limpieza, es momento de combatir los microorganismos enfrentándolos con productos de amplio espectro, con un mecanismo de acción no específico que previene la aparición de resistencia, y que sean amables con los animales, el personal y el medio ambiente.
Para ello, recomendamos los desinfectantes Virox (monopersulfato de potasio en forma de polvo) y Zix Virox (combinación sinérgica de peróxidos y ácido peracético en forma líquida).
Estos productos tienen un mecanismo de acción de oxidación no específico, de amplio espectro y totalmente biodegradable. Zix Virox ha sido probado contra el VFA al 1% según ASTM E1052-96.

 

Conclusiones:
La bioseguridad es de vital importancia para prevenir la propagación de la enfermedad. La desinfección de la ropa de personas, elementos, materias primas, animales e instalaciones es esencial y debe llevarse a cabo con desinfectantes con eficacia comprobada contra el VFA.
Si seguimos de manera exhaustiva y sin fallos las medidas de bioseguridad y prevención, no solo podremos protegernos contra la fiebre aftosa en ganadería y otros tipos de enfermedades, sino que estas medidas actuarán de forma complementaria con otras medidas de bioseguridad que se están implementando en los diferentes eslabones de la cadena de producción. Además, estaremos protegiendo a la sociedad en general.

 

La clave del éxito es lograr el compromiso de todo el personal involucrado en la producción; todos deben ser conscientes de la importancia de la bioseguridad para poner todo el esfuerzo necesario en aplicar las medidas de manera efectiva. Solo así podremos prevenir la enfermedad y evitar la propagación del virus.

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