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La Ileítis Porcina (IP) o Enteropatía Proliferativa Porcina es una es una enfermedad infecciosa entérica causada por la bacteria, Lawsonia Intracellularis (LI), bacteria gram negativa con una forma sigmoidea o curva y un único flagelo largo. La enfermedad se manifiesta en el crecimiento, final de cebo y en las reproductoras jóvenes, de ahí su gran impacto económico negativo.

Aunque la enfermedad en los cerdos se notificó por primera vez en 1931, puede afectar a otras especies animales (la transmisión intraespecífica es posible), ésta no provoca zoonosis (no infecta al ser humano). Hasta día de hoy no es posible cultivarla en medios sintéticos y solamente crece cultivos celulares.

Lamentablemente no se conoce mucho de la epidemiología de la enfermedad pero se estiman que está presente en numerosos países y que la prevalencia podría oscilar en un rango amplio, entre un 30 a 90 % de granjas.

Enfermedad
Niveles.

1) Forma aguda o hemorrágica: afecta a adultos jóvenes de entre cuatro a 12 meses de edad, generalmente primerizas de reemplazo o animales de cebo cercanos a la edad de sacrificio. Se caracteriza por un síndrome hemorrágico agudo con diarrea sanguinolenta profusa o muerte súbita. Las heces negras con apariencia alquitranada a menudo se ven al comienzo de la presentación clínica, o en casos leves cuando el animal se está recuperando.

2) Forma crónica: la forma crónica de la IP afecta a los cerdos en la fase post- destete entre las seis y las 20 semanas de edad. Estos cerdos presentan una diarrea transitoria que tiene una consistencia entre líquida y pastosa, de coloración entre gris y verde (en la forma crónica no se observa moco en heces)

3) Forma subaguda: La forma subclínica de la IP se podría considerar la más común. Se caracteriza por el impacto negativo que tiene en la velocidad de crecimiento de los animales, sin que se llegue a observar diarrea evidente.

Trasmisión.

La infección se produce por vía feco-oral.

1- Transmisión horizontal.

Ésta es la infección entre cerdos con infección subclínica (portadores), que eliminan la bacteria de forma continua, pero sin mostrar síntomas.

2- Transmisión vertical.

La cual se produce de madre a lechón, aunque en este caso los síntomas se demuestren en el cebo. Por tanto, la limpieza en maternidades se observa clave en la reducción de la presión de infección.

Además, los roedores se han demostrado como una vía de transmisión muy importante de la enfermedad, así como los fómites inanimados como botas, utensilios, que entran en contacto con heces contaminadas.

Hay muy pocos conocimientos sobre la resistencia de la bacteria al medio ambiente y sobre su capacidad de difusión, de hecho, en varios intentos de erradicación en de las explotaciones, la enfermedad ha vuelto en los 12 a 24 meses siguientes.

Diagnóstico.

Los signos clínicos de la forma crónica y la forma subclínica de la IP a menudo pasan desapercibidos para el productor, lo que resulta en pérdidas económicas significativas debido a la reducción de la velocidad de crecimiento y al impacto negativo en el índice de conversión alimenticio. Por ello, cuando existen animales con signos de emaciación o retraso en el crecimiento debido a la presencia de anorexia y diarrea dentro de un lote desigual de animales, el veterinario debe realizar una cuidadosa inspección seguido de la recogida de muestras para confirmar la enfermedad en el laboratorio. Además, se debe realizar un examen detallado de los registros de los cerdos post-destete para detectar problemas de rendimiento productivo.

– Diagnóstico clínico: mediante los datos de producción y la necropsia de los animales que han muerto se puede intuir la enfermedad.

– Diagnóstico laboratorial: mediante el uso de la histopatlogía sobre muestras de intestino, la PCR sobre heces y la serología para entender la dinámica de infección.

 

Soluciones.

El remedio, como siempre, pasa por una conjunción de recursos efectivos, siempre teniendo en cuenta la política del uso prudente de antibióticos, por tanto, los antibióticos deben quedar como estrategia en segundo plano, sólo para el control de los brotes agudos. En el caso de recurrir a los antimicrobianos, para iniciar un tratamiento debemos conocer la sensibilidad antibiótica.

Las medidas alternativas más comunes son:

1) Uso de aditivos naturales con acción antibacteriana que ayudan a reducir la población bacteriana patógena promoviendo el crecimiento de la flora beneficiosa.

Por ello, desde Biocidas ZIX ofrecemos Dysanzix®  la solución natural que combate las bacterias patógena Lawsonia Intracellularis, además favorece el equilibrio de la microbiota y combate estas bacterias sin que se vuelvan resistentes. Dysanzix® es una combinación de extractos vegetales que presentan mecanismos de acción complejos y sinérgicos garantizando su eficacia y sin causar efectos adversos a la microbiota del tracto gastrointestinal. Los aceites esenciales presentes en Dysanzix® tienen un efecto sobre la estructura de la pared celular bacteriana desnaturalizando las proteínas alteran la permeabilidad de la membrana citoplasmática provocando la interrupción de los procesos vitales de la bacteria y su muerte.

– Favorece el equilibrio de la microbiota intestinal.

– Regula el equilibrio de bacterias potencialmente patógenas.

– Combinación de productos fitobióticos. 100% Natural.

– Mantiene la sanidad del sistema digestivo.

– Regula el equilibrio del microbioma, mejorando la fisiología digestiva.

– Mejora los parámetros productivos.

– Disminuye el uso de antibióticos.

2) Planes de bioseguridad claves en la biocontención de la IP.

a. Plan de limpieza y desinfección: eliminación de la materia orgánica, limpieza con agua, uso de jabones, aclarado y desinfección. Cleanzix® EspumanteZixvirox®, Virox®.

b. Plan de control de roedores y aves, evitando su acceso a las naves, evitando la construcción de madrigueras o eliminado las opciones de hacerlas. Incluir telas anti pájaros para evitar el acceso de estos a los animales internos.

c. Todo dentro – Todo Fuera, es muy importante no mezclar lotes de animales de diferentes edades y poder aislar aquellos cerdos enfermos y los corrales en los que se ubican.

3) Uso de autovacunas diseñadas del brote, con el fin de incrementar la inmunidad de las cerdas para que a través del calostro mejore la inmunidad del lechón en el cebo y se minimice la colonización.

4) Diseño de una nutrición acorde para la solución del problema, que en general se basa en la mejora de la digestibilidad de las materias primas.

Quizás la IP no tenga el protagonismo que tiene la Disentería Porcina (DP), incluso en muchas ocasiones el protagonismo se lo lleva la DP aunque la causante sea la IP. Todas las explotaciones son vulnerables a sus devastadores efectos. Las medidas preventivas y correctivas son nuestros mayores aliados. Para conseguir explotaciones libres de IP debemos seguir las anteriores recomendaciones de manera exhaustiva, siendo el uso de alternativas naturales a los antibióticos, los planes de bioseguridad (limpiezas y DDD) y protocolos de vacunación son las claves del éxito.

 

 

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